AUTOMANEJO
Para mejorar la atención en la EPOC, además de aliviar los síntomas, disminuir las exacerbaciones y mejorar la calidad de vida con la toma correcta de la medicación, son necesarias intervenciones en hábitos de vida saludables, la adhesión a tratamientos complejos, desarrollar capacidades para poder reconocer los signos y síntomas de las exacerbaciones y saber qué hacer para prevenirlas y tratarlas. En este contexto, los programas de automanejo de la enfermedad suponen una oportunidad para mejorar los resultados clínicos a la vez que dar autonomía y seguridad a los pacientes en su vida cotidiana, con un potencial impacto en su calidad de vida. El objetivo del automanejo es desarrollar habilidades, cambiar comportamientos en salud y saber actuar cuando los síntomas empeoran mediante la implementación de planes de acción (76).
¿A quién incluir en un programa de automanejo?
Una estrategia de tratamiento integral de la EPOC debe ser capaz de poder seleccionar a los pacientes que pueden beneficiarse de estos programas de automanejo. Sin embargo, actualmente es difícil encontrar consenso sobre el mejor modelo para comparar resultados entre diferentes estudios, pacientes e intervenciones, profesionales involucrados y modelos de salud (77).
¿Qué elementos debe incluir un programa de automanejo?
En la última década se han realizado estudios relacionados con el automanejo con múltiples componentes en la EPOC que son esenciales para lograr una atención integrada. Los principales componentes que se incluyen en un programa de automanejo incluyen: programas de educación terapéutica para promover el autocuidado de forma proactiva y la alfabetización en salud, el entrenamiento al ejercicio y la telemedicina (78). Todos estos componentes forman parte del ámbito de actuación multidisciplinar que conforma la rehabilitación respiratoria (79).
De manera interesante, los resultados de los diversos ensayos clínicos que han evaluado cada uno de estos componentes obtienen una considerable variablidad en los resultados que evalúan y en algunos casos contradictorios, muy probablemente debido a variaciones en la intensidad, duración, ejecución y contenido de los programas con una alta heterogeneidad de las intervenciones, tipología de pacientes, tiempo de seguimiento (80-84) o el ámbito de aplicación (85,86). Por este motivo, las intervenciones de automanejo en la EPOC deben ser estructuradas, personalizadas, multicomponentes y coordinadas entre niveles asistenciales. Estos modelos integrados de atención sanitaria con interacciones entre pacientes y profesionales de la salud resultan herramientas útiles para abordar los problemas clínicos complejos (87-90). Las últimas revisiones sistemáticas aún no nos proporcionan una evidencia clara sobre si las intervenciones de automanejo con planes de acción puedan mejorar los resultados en la EPOC (81, 91). Esto dificulta la propuesta de recomendaciones claras respecto a la forma y sus componentes más efectivos en relación a los planes de automanejo (92-94) y a cómo se debería fomentar la selección adecuada de los candidatos.